Este elemento artístico, decorativo y accesible a todos, se integra en todas partes: en un cuarto de baño, en una cocina, enmarcado en una puerta o sustituyendo los cristales de una ventana que da a un patio triste o a un muro gris; puede colocarse no sólo como acristalamiento ordinario; sino también incorporado a un acristalamiento alislante o de seguridad; y también como creación única, la vidriera de carácter exento, es susceptible de ser instalada en cualquier lugar, como obra de arte por sí misma.